«Padre Félix Sánchez Jiménez, Hombre de Dios, hombre de oración, sacerdote santo»
HOMILÍA DE MONS. ANTONIO JOSÉ LÓPEZ CASTILLO
Arzobispo de la Arquidiócesis de Barquisimeto
con ocasión de la muerte del Pbro. Félix Sánchez Jiménez,
antiguo Rector del Seminario Divina Pastora,
en la Santa Misa de cuerpo presente
celebrada en la Parroquia “La Pastora” el día
26 de noviembre de 2009
«Hombre de Dios, hombre de oración, sacerdote santo»
Arzobispo de la Arquidiócesis de Barquisimeto
con ocasión de la muerte del Pbro. Félix Sánchez Jiménez,
antiguo Rector del Seminario Divina Pastora,
en la Santa Misa de cuerpo presente
celebrada en la Parroquia “La Pastora” el día
26 de noviembre de 2009
«Hombre de Dios, hombre de oración, sacerdote santo»
Saludo a Mons. Tulio Manuel Chirivella, Arzobispo emérito de la Arquidiócesis de Barquisimeto; Mons. Ulises, Obispo de la Diócesis de Carora; Mons. Herrera, Obispo emérito de Carora. Sr. Vicario General, Vicarios Episcopales, Arciprestes, queridos sacerdotes de la fraternidad san Juan de Ávila, diáconos, religiosas, religiosos, asociaciones de fieles, movimientos de apostolado seglar, laicos todos. Familiares del P. Félix Sánchez Jiménez. Medios de Comunicación Social.
Nos ha sorprendido la inesperada muerte del apreciado P. Félix Sánchez Jiménez, quien ha terminado a los 66 años su misión en esta vida, porque ese ha sido el designio de Dios. Humanamente, sentimos su ausencia, pero nos consuela que entregó su vida rezando el Rosario y junto a una Iglesia, esperando a su pueblo, al que se dio con todas sus fuerzas: murió con las sandalias del Buen Pastor, siendo fiel a su sacerdocio hasta el final señalándonos con su existencia el cielo, junto a Dios. Hombre de Dios, hombre de oración, sacerdote santo.
Por eso, la Palabra de Dios nos recuerda que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, no da fruto. Él dejó su país, su España, él dejó su familia, él sublimó tantos anhelos, para evangelizar en su Patria, y en América futura, a Venezuela.
Aquí se sembró, aquí se quedó y aquí su semilla de fe está dando y dará muchos frutos de vocaciones laicales, de asociaciones de fieles, religiosas, diaconales y sacerdotales. Él siempre habló con su vida y con su palabra de la salvación, de la vida futura, de la resurrección. “Él murió en Cristo al mundo sin Dios” al pecado, para poder resucitar con Cristo. Ese fue su objetivo, dejando todo, para vivir con Cristo en esta vida y en la otra. Ahora, ¿qué le puede esperar sino la compañía del Señor, de la Virgen, los santos y los seres queridos? Por eso el pueblo católico, lo ha querido, por sus 33 años de trabajo vocacional, formando a los futuros sacerdotes, como Rector del Seminario Divina Pastora; fue conocido por su bondad, inteligencia, humildad y fuerte espiritualidad. Forjó a muchas generaciones de laicos y sacerdotes, quienes hoy lo encomiendan y le dan su último adiós, en la esperanza cristiana. Las comunidades que lo conocieron –la comunidad de la Parroquia “María, Madre de Cristo”–, en tan poco tiempo, lo han admirado y querido.
Él, con su equipo de trabajo y la oración de todos, se esmeró por formar humanamente, espiritualmente, intelectualmente y pastoralmente, dentro de su misión, a tantos jóvenes para que fuesen discípulos de Cristo y miembros conscientes de la Iglesia, Pueblo de Dios. Por eso hoy pedimos a Cristo, Sumo y Eterno Sacerdote, por intercesión del P. Félix, la Divina Pastora y el Santo Cura de Ars, que siga suscitando muchas familias santas, desde donde respondan en la fe a la llamada de Cristo muchas vocaciones eclesiales, especialmente muchas vocaciones sacerdotales.
¡Hasta cuando el Señor quiera P. Félix! Todo esto es un hasta luego. Un día el Señor nos reunirá, más allá del sol, en el cielo. Es nuestro gran anhelo y esperanza.
En nombre propio, de los Señores Obispos presentes, de mi Presbiterio, diáconos, religiosas, religiosos, asociaciones de fieles y laicos, nuestra condolencia y esperanza cristiana, a la familia Sánchez Jiménez, a la Fraternidad Sacerdotal San Juan de Ávila, a las religiosas vinculadas a san Juan de Ávila y santa Teresa, y a todo nuestro Presbiterio y seminaristas, a toda nuestra querida Iglesia local de Barquisimeto. Porque ha muerto un sacerdote, un Buen Pastor, un miembro de nuestro Presbiterio. Y digamos todos: concédele, Señor, el descanso eterno, concédele, Señor, el descanso eterno, y que su alma y las almas de todos los fieles difuntos descansen en paz. Amen.
+Mons. ANTONIO JOSÉ LÓPEZ CASTILLO
ARZOBISPO DE BARQUISIMETO
ARZOBISPO DE BARQUISIMETO
"como un árbol que crece seguiré mi camino, como un árbol que crece seguiré mi camino...Mis hermanos me llaman, muchas veces a gritos, con las manos abiertas seguiré mi camino"
ResponderEliminarEsta canción se la oí cantar muchas veces al palabra Felix. Rafa
hola, tienes las letras de esa canción, completas.
Eliminarmuy bonitas palabras para el gran santo, padre felix.... aunque el que la dice no le agrada mucho la fraternidad mas trabajadora dentro de los sacerdotes...
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