22 de diciembre de 2009

Nos ha nacido el Salvador

Decir “Navidad” es pensar en familia reunida, en reencuentro, con los que viven lejos y con los de cerca. La Navidad nos reúne; es una fiesta que sentimos necesidad de celebrarla en familia; deseamos que nos encuentre unidos, reconciliados. Todo esto tiene mucho que ver precisamente con el Misterio que celebramos en la Navidad: el Nacimiento de Jesús.
La Navidad recuerda que Jesús nació en Belén; que al nacer de María se hizo miembro de la familia humana. Pero la Navidad no sólo es una fiesta que recuerda aquello que aconteció en el pasado, sino que celebra algo que acontece hoy: el mismo Jesús que nació en la familia de Belén, hoy busca una familia para nacer; quiere nacer en nuestra propia familia. Porque la familia es el espacio para la Navidad; el lugar privilegiado donde Dios, en Jesús, se hace “Dios-con-nosotros”.
En esta Navidad ¿qué familia le ofrecemos a Jesús? ¿Podemos compararla con una casa sólida, construida sobre cimientos firmes? ¿o es por el contrario como una casa con problemas, con peligro de derrumbe o ya derribada?
Quizás Jesús no nos encuentre muy firmes en la fidelidad; o nos encuentre empobrecidos, no tanto en lo material solamente, sino en diálogo, en comprensión mutua, en capacidad para perdonarnos. ¿Podemos decirle a Jesús que en nuestra familia sobresale el “nosotros” o, por el contrario, que impera el “yo”, las actitudes mezquinas y egoístas?
Es muy importante que nos hagamos estas preguntas, para que la Navidad traiga algo nuevo a nuestra familia; para que esta Navidad nos convierta en una familia en la que, como en la de Belén, pueda nacer Jesús, el “Dios-con-nosotros”. El dinero es necesario, nadie lo niega; pero no basta para hacernos felices. Hay familias que lo tienen todo y no son felices; les falta lo más importante; son pobres en comunicación y diálogo, no siempre se respetan como personas; son pobres en amor.
En nuestra familia, ¿quién es Dios? ¿Es el Dios vivo, el Dios comunidad de personas, que nos anima a hacer que nuestra familia sea “casa” y “escuela” de comunión? ¿O es mas bien al dios dinero, al materialismo y al consumismo, al dios placer o al dios poder que rendimos culto?
Jesús viene para ayudarnos a ser familia, una familia de verdad, donde reine el respeto y el cariño, donde los esposos se amen cada día más y quieran a sus hijos como el tesoro más valioso; una familia donde los hijos traten cada día de hacer felices a sus padres, siendo buenos como hermanos y poniendo lo mejor de sí mismos para que todos estén alegres; una familia donde los abuelos y los adultos mayores se sientan respetados y escuchados; una familia en la que “sólo Dios sea Dios” y sólo a Él se le rinda culto, se lo ame más que a nadie y que a nada. El futuro de la familia depende de esto: de si Dios, el Dios de Jesucristo, está presente y si es reconocido como tal, o si desaparece.
Que esta Navidad, fiesta de la cercanía de Dios a nuestra familia, nos acerque también a nosotros a Él y a toda la comunidad cristiana en especial la comunidad del Seminario Divina Pastora, el cual somos la familia de los Hijos de Dios. Que esta Navidad nos acerque a la oración, a la Palabra y a la Eucaristía, con la que se alimenta y fortalece el amor que nos hace ser familia, el amor que nos hace capaces de vivir en comunión, el amor que permite ver a Dios presente, en nuestra familia, como en la familia de Belén.
Feliz Navidad y prosperoaño año 2010 les desea el Seminario Divina Pastora

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