6 de octubre de 2010

Seminario. Homilía


Homilía de Mons. Antonio

Seminario Divina Pastora, Barquisimeto, Edo. Lara 04 de

octubre de 2010.


Con motivo del inicio del año escolar 2010-2011 del Seminario Divina Pastora Monseñor Antonio J. López C., ha presidido la misa de inauguración, la misma se efectuó en dicha casa de formación en la mañana del día 04 de Octubre. Concelebraron los sacerdotes formadores: Pbro. Juan C. Guevara, Pbro. José G. Agüero, Pbro. Edgar R. Torres, Pbro. Israel y Pbro. Mons. Gerardo Nava y algunos de los sacerdotes profesores del Instituto Superior Eclesiástico “Divina Pastora”: Pbro. Mario Bedino, Pbro. José G. Mejías, Pbro. Jesús Hermosilla, Pbro. Cristóbal Rojas, Pbro. John Jairo García.

Monseñor Antonio en su homilía dejó dos consejos muy hermosos a los seminaristas: el primero, vincular los estudios con la vida y el segundo, en consonancia con el Evangelio del día (Cfr. Lc 10,25-37), no limitarse a predicar sobre el amor sino sobre todo pedir la gracia de vivirlo. Con respecto a lo primero señaló que “… al vincular los estudios filosóficos y teológicos con la pastoral todo se hace más comprensible”, ya que se le encuentra sentido el dedicarle tiempo a unas materias académicas con el fin de, además de alimentarse uno mismo, poder ayudar a otras personas al encuentro consigo mismo, con los demás y con Dios. Así mismo, Monseñor también advirtió sobre el peligro de entender lo que significa amar al prójimo sólo desde una dimensión intelectual y predicarle a los demás sobre este mandamiento y no vivirlo o, por lo menos, no hacer el esfuerzo de ponerlo en práctica, así como lo hicieron el sacerdote y el levita del evangelio, al contrario, el ejemplo que debemos seguir nosotros es el del buen samaritano, que ayudó y tendió la mano a aquel que fue asaltado por unos malhechores.

Monseñor terminó su homilía haciendo referencia a la primera lectura (Cfr. Ga 1,6-12), donde el apóstol San Pablo escribe a una comunidad (los Gálatas) que se ha pasado a “otro” Evangelio. Como ésta es una tentación que nos puede llegar igualmente a todos, Monseñor insistió en la necesidad que tenemos de mantenernos fieles al verdadero Evangelio, al Evangelio de Cristo y esto quiere decir concretamente “seguir el Magisterio de la Iglesia”, a quien el Espíritu Santo asiste en su labor de guardiana del depósito de la fe y en el anuncio de la misma.

Reseña presentada por:

Sem. Jesús Alejos
3º de Teología

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