1 de enero de 2010

Proyecto de Homilia

Proyecto de Homilia
En el relato sobre la vocación profética de Jeremías (primera lectura) se manifiestan varias características de su personalidad: sensibilidad, incertidumbre, timidez ... Ahí aparece cómo el llamado divino abarca todo el ser del hombre, desde la predestinación ("antes de formarte en el seno materno") hasta la consagración y la designación oficial como "profeta de las naciones" (Jr 1,4-5).

La experiencia humana de Jeremías, lanzado a la aventura de profetizar en nombre de Dios, está entretejida en una secuencia dramática de sufrimientos, aislamiento y contradicciones. Una vida que es, pues, "signo de contradicción"; ya que él será "objeto de pleitos y controversias para todo el mundo", como dirá más tarde (Jr 15,10). Pero el Señor no deja jamás solo a su pro- feta. Tal es la declaración final del pasaje que hoy leemos: «Lucharán contra ti pero no te vencerán, porque yo estoy contigo para salvarte» (v.19).

Jeremías, signo de contradicción en su propio pueblo, es como una anticipación profética de Jesús, signo de contradicción en su tierra, Nazaret, donde pronuncia su primer discurso programático, al que Lucas atribuye una especial importancia (evangelio). Los habitantes de Nazaret esperaban más bien un showtaumatúrgico de parte de este paisano "hijo de José" (Lc 4,22), que ha subido inesperadamente a los honores de la crónica. A esta luz, los nazaretanos se vuelven como un símbolo de todo Israel, que busca signos y prodigios, que quiere milagros y pruebas, reduciendo así la fe a magia y espectáculo.

Jesús, que se ha presentado como el profeta definitivo (v.21), se refiere a la suerte que corrieron los grandes profetas del pasado, Elías y Eliseo, obligados a buscar fuera la fe que el pueblo escogido no quería ofrecer a Dios. Para Israel también Jesús es 'piedra de tropiezo', hay que hacerlo a un lado como presencia irritante y fastidiosa; pero más tarde Jesús dirá: «La piedra que desecharon los constructores se ha convertido en piedra angular» (Lc 20,17).

En este nuevo edificio, cuyo fundamento es Jesucristo (cf.1Co 3,11), entran los creyentes, los que son llama- dos, "tanto judíos como paganos" (1 Co 1,24), Y el único camino para ir hacia Cristo y para ser sus verdaderos 'conciudadanos' es el camino del amor.

Por eso tiene un valor particular el gran "himno a la caridad" que encontramos en la segunda lectura. En medio de la variedad de los carismas, Pablo muestra un camino real, que supera y verifica todos los caris- mas, "el camino más excelente" (1Co 12,31) y primero de los frutos del Espíritu (Gá 5,22).

En una primera estrofa (1Co 13,1-3), Pablo ofrece el cuadro negativo de la persona que posee otros talen- tos pero carece de amor: el don de lenguas, la profecía, la ciencia y aun la fe. Todos ellos sin amor no son nada. - la segunda estrofa es una celebración positiva del amor. El amor lleva consigo una constelación de otras virtudes, que son como su cortejo. La totalidad del ser humano está impregnado de esta energía que lo transforma todo y que "nunca se acaba".

Jesús nos invita a creer en Él y a vivir en el amor, como Él vivió. ¡Que nuestra participación en esta Eucaristía nos ayude a recorrer cada día con mayor entusiasmo ese camino!

CARLOS SOLTERO, S.J.
Te sugerimos que leas:
Proyecto de Homilia
Padre Jesús Hermosilla
Padre Klemens Stock

No hay comentarios:

Publicar un comentario